Por Gloria Torres
Comenzaba el día 14 del corriente mes, cuando recibimos en nuestros celulares la grandiosa idea gestada y puesta en práctica por nuestros hermanos chilenos, de activar acciones en representación de la ciudadanía comprometida con sus repúbicas, de manifestar abiertamente y exponer la descisión de defender la vida del Sr. Fiscal Antonino Di Matteo, de nacionalidad italiana, quien en las últimas semanas se ha visto seriamente amenazado en su integridad física por el clan mafioso Cosa Nostra, como consecuencia de las investigaciones llevadas adelante por Di Matteo en el juicio denominado Trattativa Estado – Mafia, del menciodado país europeo.
Por Ricardo Pérez
El inicio fue una expectativa, una especie de nervio operativo, que me impulsaba a salir en defensa de lo que es justo. ¿Cómo no defender a un juez que busca la verdad, aunque esté del otro lado del mundo, si somos uno?
Entonces salí a la calle en el horario predeterminado. Salí de mi trabajo, el hospital de Niños de Palermo, una especie de santuario donde sufren los parvulitos e inocentes, pagando por nosotros vaya a saber qué karmas.
Como dice nuestro querido amigo Giorgio, que grita en el desierto del asfalto de este mundo hipócrita de hoy: “Decid Sí, Sí, No, No”. Él nos transmitió que Cristo así le dijo: “Decid Sí, Sí, No, No.”
Entonces, ¿qué Navidad 2014 festejamos? ¿La Navidad de las compras en los shopping, la navidad del consumismo desenfrenado, donde las mesas se llenan de comida y alcohol y se tiran miles de fuegos de artificio, mientras en este mismo mundo, millones y millones de niños, hombres y mujeres mueren de hambre?
Por: Claudia García
Queridos Hermanos, no sabía cómo empezar a compartirles mi pequeña pero importante historia. Les comento que desde pequeña me gustaba mirar al cielo regularmente por las noches, porque me alegraba ver esos pequeños puntos brillantes pasar cerca de las estrellas y pensar que eran seres humanos de otros planetas. También miraba al cielo tratando de encontrar lo que muchas veces veía en mis repetidos sueños, los rostros angelicales de nuestro Jesús y nuestra madre Lupita, ángeles, y/o por lo menos una nave espacial. Lamentablemente nunca se dio, no todo era bueno, había sueños terribles que me angustiaban. En los cuales siempre veía gente huyendo hacia montañas para evitar los desastres que se estaban presentados en el mundo, terremotos, el mar entrando a la ciudad, obscuridad, etc., afortunadamente mi familia y yo siempre llegábamos a esa gran montaña donde la gran cruz esperaba la llegada de nuestro Padre.