Por Tino Favazza
A TI, OH MIRIAM, MADRE SANTÍSIMA, PERSONIFICACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO.
¡FUERZA OMNICREANTE, OMNISCIENTE Y OMNIPRESENTE DE LOS UNIVERSOS!
¡EN TUS OJOS ESTÁN LOS UNIVERSOS, EN TUS OJOS ESTÁN LOS MARES, LAS TIERRAS, LOS VIENTOS, EL FUEGO DEL AMOR INFINITO!
ERES EL ARCO IRIS QUE UNE EL CIELO CON LA TIERRA, ERES LA ROSA QUE PERFUMA.
¡LA VIDA DE LO CREADO Y DE LO NO CREADO!
¡ERES EL AIRE QUE RESPIRAMOS, ERES EL AGUA QUE CALMA NUESTRA SED, ERES LA TIERRA DE LA CUAL NOS SACIAMOS, ERES EL FUEGO QUE CALIENTA LOS CORAZONES, QUE ARDE PERO QUE NO QUEMA!
¡TU ERES MADRE, PADRE E HIJO, TODO ESTÁ EN TI Y TU ESTÁS EN TODO!
¡COMO ES ARRIBA ES ABAJO!
¡ERES MADRE DE LOS DIOSES! MADRE DE LAS HUMANIDADES DE LOS INFINITOS MUNDOS DE LOS UNIVERSOS!
¡ERES LA VERDAD MÁS GRANDE DE TODAS LAS VERDADES!
DESDE LO PROFUNDO DE MI CORAZÓN Y DE MI ESPÍRITU.
Un hijo Tuyo
El Último de los Últimos
Tino Favazza
29.12.2017
Di Flavio Ciucani
Durante las fiestas navideñas es difícil oír hablar de “falsos profetas”. Hoy se ven jóvenes de asociaciones humanitarias que distribuyen alimentos y abrigo a los sin techo, a los pobres, a los “mínimos” como dijera San Francisco. Hay muchos buenos propósitos, buenos sentimientos y buenas acciones: la palabra bueno es la más utilizada en Navidad. Precisamente porque todo es bueno y suena extraño que no se hable de los falsos profetas.
De hecho serán muy buena la comida de las mesas navideñas (que sin lugar a dudas harán su aporte para llenar los basureros); serán bien aceptados los paquetes y paquetitos llenos de sorpresas y regalos que claramente habrán debilitado las economías familiares y llenado los bolsillos de aquellos que no necesitan regalos. Entre las buenas intenciones y la lágrima por el último conmovedor dibujo animado hemos olvidado, al menos hasta la copita de licor, que hay ochocientos millones de personas que no tienen para vivir; se nos pasó, al menos después de haber arrancado los papeles y cartulinas del último regalo, que cada día la Tierra pierde de 13 a 15 millones de hectáreas de selva. Todo esto es escandaloso, pero es Navidad.
Por Adriana Navarro
Culminando el año 2017, entre hipócritas y auténticos saludos navideños, en un mundo cada vez más caótico, en el que sucumbimos casi por inercia, y robóticamente nos vamos hacia la autodestrucción, sea por hambre, guerra o contaminación terrestre, _con la cual hemos conseguido acelerar un cambio climático en los últimos cien años dejando a la Tierra al borde de un descontrol total_, ¿tiene sentido cuestionarnos qué pasaría si la Iglesia diera a conocer hoy por hoy, el texto del tercer Secreto de Fátima revelado hace 100 años a tres sencillos niños?
En una villa de la ciudad de Rosario vive un sacerdote tan humilde como la misma villa. Su nombre es Joaquín Núñez. Y él, junto a colaboradores, lleva adelante ahí mismo un centro comunitario llamado “San José Obrero” en donde de lunes a viernes se realizan distintas actividades de ayuda al barrio de emergencia: se reparten viandas de comida al mediodía, a la mañana bien temprano se entrega la copa de leche, luego por la noche se dictan clases en unas salas de escuela construidas hace años en el centro para brindarle educación a las familias del barrio. Durante la tarde se dictan clases de baile y gimnasia, además de talleres de oficios a las familias y sobre todo a los niños que viven allí. Todo se lleva adelante con mucho esfuerzo y sacrificio, el dinero no sobra y los voluntarios tampoco.