En ocasión del mensaje que nos transmitiera Giorgio, y que titula "La gran espera", es mi deseo compartir con ustedes y quizás por vuestro intermedio también con él, el sentimiento que hace tiempo vive y late en el corazón; y que él mismo ha hecho crecer en este año y algunos meses que me ha sido permitido acompañarlo en una forma más cercana a aquélla desde la cual, con el corazón, a la distancia y en silencio, le he acompañado, desde hace ocho años.
LA PROFECIA Y HOMENAJE A SIRAGUSA
Esta vez el Cielo quiso que fuera yo quien acompañara a Giorgio a Buenos Aires, lo que motivó el recibir un regalo inmenso, sorprendente por lo inesperado, pero con la conciencia de lo que ello significa. De modo que en una mañana cálida y primaveral emprendimos viaje desde Montevideo con el objetivo de dos importantes misiones: la reunión intima con los Hermanos del Arca de Buenos Aires, que Giorgio tendría esa misma noche, y el Seminario, esta vez público, que ofrecería en la localidad de BERAZATEGUI; ubicada en la Provincia de Buenos Aires, distante unos 30 kilómetros de Capital Federal.